1. Beber líquidos

No, no tiene que ser solamente agua. Puedes beber infusiones o bebidas bajas en azúcar. La idea es tomar líquidos constantemente durante el día. Y sí, evita los azúcares, porque el azúcar procesada también deshidrata.

2. Que las frutas y verduras formen parte de tu dieta

Aprovecha el alto contenido de agua que tienen las frutas y verduras, y hazlas parte de tus comidas.

3. No dejes de hacer actividad física

Sea algo tan sencillo como caminar o divertido como bailar, no dejes de hacer actividad física. Cuando estamos en movimiento, el oxígeno y los nutrientes viajan a través de la circulación sanguínea por toda nuestra piel, fortaleciéndola. Asimismo, a través del sudor eliminamos toxinas y desechos, evitando que se acumulen en nuestro cuerpo y en nuestra piel. Así, estará fuerte y sana, y podrá enfrentar los agentes externos e internos que la deshidratan.

4. Mascarillas hidratantes una vez por semana

Para devolverle a la piel la hidratación perdida. Además, es divertido y desestresa.

5. Cuidado con los ladrones de la hidratación

Evita todo aquello que te robe hidratación, desde dormir con maquillaje hasta lavar los platos sin guantes, por ejemplo.

6. Utiliza protector solar todos los días y reaplica varias veces durante el día

El protector solar cuida la hidratación de nuestra piel evitando que la radiación nos la quite.

7. Descansa

Mientras dormimos, se dan una serie de procesos en nuestro cuerpo para que nuestro organismo se re-equilibre. Si no descansamos en cantidad y calidad, por un lado, la hormona del estrés se mantiene activa descomponiendo las fibras de colágeno y elastina (responsables de mantener la piel firme). Y, por el otro lado, el PH de la piel se altera, por lo que no será capaz de mantener niveles óptimos de hidratación.

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